Rememorando mis años de mozo, no puedo olvidar el «Cumpleaños Feliz» de Parchís que un día del año 2005 me sorprendió en una pequeña furgoneta en la que viajaba por el altiplano peruano. He tenido que andar un montón para acabar encontrando una tienda de orientales con miles de productos rarísimos para comprarme una zanahoria, dos tomates, dos pavías y una lata de atún.