Durante la misma Caffarena ayudó al equipo en todo: hizo de técnico, de delegado y de masajista, estableciendo tal grado de relación con los jugadores, que éstos los nombraron «Jugador Número 12». Al volver a la Argentina, Caffarena era tan conocido como los mismos jugadores. En esa oportunidad, el equipo fue acompañado por un fanático boquense, Victoriano Caffarena, perteneciente a una familia adinerada, que financió parte de la gira.