Una colección de más de 55.000 letreros de todas partes del mundo que comenzó en 1942 cuando al parecer un desconocido colocó un cartel que rezaba: «Danville, Illinois». Las salsas quedaban al gusto del consumidor. En mi caso no pasé por San Salvador, capital de El Salvador, y crucé de Guatemala a Honduras para conocer las ruinas de Copán y las islas caribeñas de Utila y Roatán donde volví a bucear.