«A mí, la verdad, me da mucha pena que la huella de nuestro país vaya a estar por todas partes en el Mundial menos en el sitio más importante, que es el césped», lamenta Wen, uno de los fabricantes de Yiwu que lleva tres Mundiales enviando camisetas a las naciones anfitrionas. China, segunda potencia mundial y país más poblado del mundo con más de 1.400 millones de habitantes, lleva desde el Mundial 2002 sin encontrar 11 futbolistas que puedan siquiera asomarse por la competición internacional.